El Instituto de los Sacerdotes Diocesanos de Schoenstatt se reúne con el Papa León XIV

P. Frank Blumers

Tras diez días emocionantes, llegó a su fin la primera sesión del Congreso General del Instituto de Sacerdotes Diocesanos de Schoenstatt en Belmonte, Roma. 32 delegados de todo el mundo vivieron días intensos de intercambio, profundización espiritual y convivencia internacional animada.

Un período de intenso trabajo

En un ambiente de fraternidad y apertura, fue posible discutir temas centrales y preparar decisiones orientadas al futuro en el Centro Internacional de Schoenstatt de Belmonte, en Roma. Estas discusiones continuarán en una segunda sesión, en febrero de 2026. Fue una convivencia colorida de idiomas y culturas, y al mismo tiempo un proceso espiritual muy concentrado. Así se establecieron importantes rumbos para el futuro. Los hermanos de Burundi cerraron la sesión con un proverbio de su país: «Ibigiye inama – bigira Imana» – «Donde hay un buen diálogo, allí está Dios».

Foto: @Vatican Media

Aspectos espirituales destacados – Conectados con la Iglesia universal

La cercanía espiritual con la Iglesia universal fue particularmente conmovedora. Uno de los momentos más destacados fue el encuentro personal con el Papa León XIV, al final de la audiencia general (10 de septiembre). Representantes del Instituto Secular entregaron al Santo Padre un mensaje de saludo. El Papa dio su bendición a los delegados, a todo Schoenstatt y a todos los que están vinculados a las parroquias y a la colaboración con los sacerdotes diocesanos.

Participar en la canonización de Giorgio Frassati y Carlo Acutis también fue una experiencia profundamente impactante para muchos participantes.

Diversidad internacional: un regalo y una misión

La dimensión eclesial mundial se reflejó no solo en la Plaza de San Pedro, sino también en la convivencia en Belmonte. La diversidad de idiomas, países y enfoques espirituales de los sacerdotes fue enriquecedora e inspiradora.

El trabajo multilingüe en plenaria y en pequeños grupos hizo que el intercambio fuera un poco lento, pero al mismo tiempo permitió conversaciones más profundas y una mayor concentración en lo esencial. Un grupo lo resumió bien: «La convivencia como familia internacional es al mismo tiempo un don y una tarea».


Foto: @Vatican Media

Una comunidad que se apoya

Esta experiencia marcó todo el congreso. Los delegados se conocieron y se abrieron cada vez más. Las veladas organizadas también fortalecieron la convivencia familiar. La oración conjunta, la adoración y la celebración diaria de la Eucaristía dieron profundidad espiritual y fuerza a la comunidad.

Se celebraron juntos acontecimientos especiales, como jubileos y aniversarios, incluido el aniversario del Santuario Matri Ecclesiae de Belmonte, el 8 de septiembre, lo que acercó aún más a la comunidad internacional.

Agradecimientos y perspectivas

Un agradecimiento especial a la Dra. Hannah Schulz por su excelente acompañamiento espiritual y profesional, así como a la Dra. Chiara d’Urbano, que dio al congreso valiosos impulsos y abrió nuevas perspectivas.

Después de que la primera sesión tuviera lugar en el corazón de la Iglesia, en Roma, la segunda parte del Congreso General continuará en Schoenstatt, en Monte Moriah. «Nuestra comunidad vive de la experiencia de la conducción divina».

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