El Santuario Terruño de la Esperanza en Chaco es el nuevo lugar elegido por la Mater. Allí Ella se estableció para siempre el pasado 24 de agosto.
Este es el primer Santuario Filial de Schoenstatt inaugurado en la provincia del Chaco y el 24º de Argentina. Se encuentra ubicado en la ciudad de Resistencia, capital de la provincia.

Historia e identidad de la familia chaqueña
Esta historia comienza hace casi 30 años en tierras chaqueñas, al norte de Argentina. Allí por el año 2000, lenta y sigilosamente, algo comenzó a gestarse en el silencio. Esa entrega primera, ese amor generoso, el trabajo y la oración, fueron plasmando un sueño y se hizo clara la promesa de Dios: el Santuario en el Chaco.
Siempre detrás estuvo Ella, la Madre Reina y Victoriosa Tres Veces Admirable de Schoenstatt, la MTA, quien, con delicadeza y ternura, se fue ganando los corazones de tantos hermanas y hermanos del Chaco.
Según cuentan, el camino fue largo y no faltaron las dificultades. Nuestros hermanos del norte argentino son sencillos, austeros y tienen esa fuerza que no se deja vencer por las adversidades. Así fue que avanzaron por años, con el fuego de la Alianza como guía, caminando y forjando la familia. El testimonio de muchos da cuenta de los inmensos aportes al capital de gracias y confianza probada que los condujo hasta este momento de Gracia en que María decidió quedarse para siempre entre ellos.

Su Himno que han cantado por años, es símbolo de esa promesa sostenida, con esfuerzo, constancia y certeza de la victoria final:
“Alza tu cetro mi Reina, surja victoriosidad, levanta un Santuario en mi Chaco, que se alce como el sol, desde la fuerza del amor, como un puente hacia el cielo, hacia mi Dios”.
Esta familia se forjó venciendo dificultades y experimentando así, cómo se construye en Alianza con Dios. Testimonios hay muchos y qué hermoso es leer las vivencias y conocer tantas historias. Pero, ¿cuántos fueron testigos o se enteraron de lo que sucedió en el lugar, el día previo a la Bendición? Sin dudas, algo que no puede pasar sin ser contado, ya que nos habla del corazón de todo esto.


El Tríduo de Bendición y los peregrinos
La llegada y preparación hacia el GRAN MOMENTO se realizó a través de un Tríduo. El primer día tenía como tema al Padre y fundador: “Padre, tu Alianza, nuestra misión”, el segundo día a la Mater: “María, Reina de la familia”; y el tercer día el Santuario: “Terruño de la Esperanza”. Cada día fue organizado, pensado y rezado en profundidad y culminaba con la celebración Eucarística.
Acudieron miles y miles de peregrinos: durante el tríduo peregrinaron 12 mil personas. Vecinos, jóvenes, familias, sacerdotes diocesanos, consagradas, Hermanas de María, Padres de Schoenstatt, asesores de las ramas, autoridades civiles y gente que llegaba de todo el país y también de más allá: de Paraguay un gran contingente pues la historia de Chaco está muy unida al Schoenstatt paraguayo.
Todo venía de acuerdo a lo planeado y encausado hacia la Bendición.
El primer día culminó con una hermosa misa presidida por el padre Pablo Pol, presidente de la Presidencia Nacional. El cielo y el clima estaban radiantes. Después de un día de arduo trabajo y largos viajes para llegar, todos fueron a descansar en paz.
Lo que sucedió durante la madrugada fue lo que volvió a trastocar los planes. Llovió, llovió y llovió, y todo el terreno se llenó de agua. Todo lo preparado, las sillas, el escenario, bajo el barro. Parecía imposible pensar que ese mismo día se pudiera hacer algo de lo planeado en ese lugar. Ese sábado a la tarde llegaba al predio la imagen de la MTA que sería entronizada al día siguiente.


“Quien tiene una misión ha de cumplirla, aunque un salto mortal siga a otro”
Padre José Kentenich
A las 6 de la mañana empezaron a congregarse los primeros, quienes, con botas de goma o descalzos, se pusieron a trabajar sin pausa para sacar el agua del lugar. La familia chaqueña se arremangaba una vez más para demostrar que esa victoriosidad de María depende de la generosidad y la entrega radical de los suyos.
Todos a trabajar! Surcando la tierra, haciendo pozos, quitando el agua y trayendo camionadas de arena. Se movieron cientos de sillas, se limpiaron y volvieron a acomodarse. Capital de Gracias entregado hasta el final, así se preparaba la Familia para recibir a la Reina.
A medida que el trabajo se realizaba, el predio volvía a estar preparado y la emoción comenzaba a aflorar. Una nueva prueba que, una vez más, la familia unida superaba.

Ese sábado realmente terminó de simbolizar lo que había sido todo el trayecto hasta ese momento. “Un plan que se arma, se agúa, se llena de agua y hay que sacar esa agua”, la muestra de que quien conduce es la Mater y no nosotros. Y una certeza: incluso en circunstancias que mostraban que “todo se caía” o complicaba hasta el extremo, Ella es fiel a la Alianza de Amor. Sólo necesita que nos pongamos como instrumentos en sus manos para obrar el milagro.
Por supuesto que todo se encaminó y esa misma tarde se celebró la segunda misa del triduo, presidida por el padre Santiago Ferrero, Director del Movimiento.


Así llegó el gran día y la coronación de tanta entrega, con la entrada triunfal de la Mater abriéndose paso por las calles de Resistencia, hasta ser entronizada en la pequeña capillita de gracia. En la misa final, presidida por Monseñor Ramón Dus, Arzobispo de Resistencia, se contabilizaron más de 5500 personas. A partir de ahí una peregrinación constante de fieles que visitan y conocen el Santuario de Schoenstatt.
Fue una verdadera fiesta de la FE, del AMOR y de la FAMILIA!
*Texto por María Belén Ferrero y Julia Deharbe