Coronadas en gracia: la vestición de las novicias de las Hermanas de María en Burundi

Emmanuel Ayogu

El aire se llenó de solemnidad y alegría cuando personas de cerca y de lejos se reunieron para presenciar la ceremonia de vestición de las novicias de las Hermanas de María de Schoenstatt el pasado domingo 23 de febrero de 2025 en Burundi (África). El Santuario de la Confianza en Mutumba, adornado con flores y velas, se erigió como un faro de amor divino, atrayendo a familias, amigos y simpatizantes para participar en este momento tan especial. Los rostros irradiaban felicidad, los ojos brillaban de emoción y los ecos de los himnos resonaban en los corazones de todos los allí presentes.

Las novicias (siete en total) se encontraban en el umbral de un viaje transformador, con una mezcla de serenidad y expectación en sus expresiones. Vestidas de blanco, encarnaban la pureza y la devoción, y cada paso que daban hacia el altar simbolizaba un compromiso más profundo con Cristo y con la Virgen María. El peso de su decisión estaba acompañado por un resplandor radiante de esperanza: esperanza en las gracias que recibirían, en los desafíos que moldearían sus almas y en la misión que les esperaba más allá de los muros del noviciado.

Las novicias salieron del noviciado hacia el santuario. Allí, acompañados por cuatro sacerdotes, recibieron la bendición de monseñor Gervais Banshimiyubusa, arzobispo de la diócesis de Bujumbura. A continuación, se dirigieron en procesión a la iglesia parroquial de Mutumba, donde se celebró la ceremonia. Catorce sacerdotes y un diácono concelebraron con el Arzobispo.

Un “sí” a la vida consagrada

Para muchos, no se trató solo de una ceremonia, sino de un poderoso testimonio de fe y entrega. Aunque llenos de un orgullo agridulce, los padres encontraron consuelo en la alegría que irradiaban sus hijas. Los miembros del Movimiento de Schoenstatt se maravillaron ante la belleza de esta vocación sagrada y recordaron sus caminos de consagración y renovación.

La presencia del arzobispo de Bujumbura, así como de sacerdotes y religiosos, dotó al acto de gran solemnidad. Sus oraciones y bendiciones sellaron el inicio de la vida de servicio y amor de las novicias. Durante la Santa Misa, el arzobispo expresó la necesidad de convertirse en verdaderos cristianos, no solo con palabras, sino en nuestra vida cotidiana. También les habló de la importancia de la obediencia y de su necesidad en la misión que han elegido.

A medida que avanzaba la ceremonia, llegó el momento de la vestición. Cada novicia recibió su velo y su vestido de hermana, lo que simbolizaba su consagración a Dios. El himno de dedicación resonó en la iglesia y un profundo silencio se hizo enseguida, lleno de asombro, gratitud y el susurro de la presencia divina. Las hermanas, que ahora llevaban puesto el vestido de hermana de María, alzaron la mirada hacia el futuro, abrazando lo desconocido con confianza y valentía.

Al final de la Santa Misa, todos fueron en procesión al santuario, donde las novicias rezaron su oración de consagración a la Virgen María, y el arzobispo dio la bendición de envío.

Novicias de Burundi y Kenia

Este día quedará grabado en los corazones de muchos, que recordarán que en un mundo que anhela amor y sentido, Dios sigue llamando y ungiendo. Para estas novicias, es el comienzo de un viaje de fe, sacrificio y gracia ilimitada. Al dar sus primeros pasos para convertirse en Hermanas de María de Schoenstatt, no lo hacen solas, sino acompañadas por las oraciones y el apoyo de una comunidad que se alegra con su «sí» a Dios.

Las nuevas novicias de la comunidad son:

Hna. M. Yvette Akimana, Burundi
Hna. M. Pascasie Nduwayezu, Burundi
Hna. M. Jeanne Nishishikare, Burundi
Hna. M. Eliane Niyokwizera, Burundi
Hna. M. Esperance Niyongere, Burundi
Hna. M. Irene Niyontore, Burundi
Hna. M. Damaris Kanini Nzomo, Kenia

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