Llevar Schoenstatt al corazón de la Iglesia y la Iglesia al corazón de Schoenstatt

Hna. M. Paula Silva Leite

«La inauguración del Santuario Internacional ha confiado a la Familia de Schoenstatt una gran misión: llevar Schoenstatt al corazón de la Iglesia y llevar la Iglesia al corazón de Schoenstatt.»

Las palabras del P. Ignazio Sanna, arzobispo emérito de Oristano y miembro del Instituto de Sacerdotes Diocesanos de Schoenstatt, resonaron en la Basílica de San Pedro el 8 de septiembre, con ocasión del 20º aniversario del Santuario Internacional Matri Ecclesiae (Belmonte) de Roma.

Mons. Sanna recordó las tres «palabras iluminadas» que pronunció el Cardenal Camillo Ruini en el momento de la dedicación del Santuario, las enriqueció con otros 20 años de historia y desafió a los participantes a renovar los sentimientos de antaño: alabanza a Dios, gratitud y esperanza. Fue una hermosa manera de incorporar a la generación actual a esta historia que se sigue dibujando y de animar a todos a seguir siendo fieles discípulos del Fundador en actitud de «dilexit ecclesiam».

20 años del Santuario Matri Ecclesiae – Belmonte, Roma

La fiesta del Santuario Matri Ecclesiae comenzó el viernes 6 de septiembre por la tarde con un momento de oración y la bendición de la nueva Copa Engling por parte del obispo diocesano, monseñor Gianrico Ruzza.

En un ambiente familiar, se proyectaron dos vídeos en las paredes del Santuario de Belmonte. El primero recorría la historia, desde el sueño de un Santuario en Roma hasta nuestros días. El segundo vídeo era una recopilación de testimonios de personas de toda Italia. «¿Qué significa el Santuario para mí?» El sentimiento más destacado era «sentirse en casa», sentirse acogido, aceptado y querido. Enza Purpura, de Sicilia, se sintió conmovida por los testimonios que «¡afirmaban la importancia del Movimiento en la vida de todos!».

Margherita Marcori, de Toscana, escribió: «Cuando vengo al Santuario, la experiencia más significativa es la alegría de visitar a la Virgen María y sentirme acogida por Ella. Recordar que en todos estos años, a pesar de mis fragilidades e incertidumbres, Ella siempre ha sido fiel, nunca me ha abandonado, ¡siempre nos ha cuidado a mí y a mi familia!»

En alianza con María, caminamos en la esperanza

El sábado fue el día de la peregrinación nacional de la Familia italiana. Los peregrinos de la región de Apulia viajaron durante toda la noche, aprovechando la salida del sol en el «bel monte» para saludar a la Madonnina en el Santuario. En torno al Santuario se creó un ambiente de alegría para acoger a todos los peregrinos. Con el estandarte de la Virgen Peregrina, llegó el grupo de Toscana. Lucia Giorgio dijo: «La acogida que recibimos cada vez que venimos aquí nos hace sentir verdaderamente abrazados por María, tiernamente sostenidos bajo su manto. Luego, los cantos, el encanto del Santuario, suscitan una gran sensación de refugio, diría de Tabor. Es bueno estar aquí…».

Este segundo día de celebraciones tuvo lugar bajo el lema del año del Movimiento en Italia: ¡En Alianza con María, caminamos en la esperanza! Beltrán Gómez, director nacional del Movimiento, dio un impulso espiritual y práctico para vivir este tiempo de gracias especiales, apuntando al Año Santo 2025.

La tarde comenzó literalmente con la «Hora del Santuario», ya que seis peregrinos toscanos se convirtieron en aliados de María al celebrar la Alianza de Amor. Un pequeño grupo tuvo el privilegio de estar dentro del Santuario y poder renovar también su Alianza. De vuelta en la Domus, ya que el calor abrasador de Roma dificulta las actividades al aire libre, continuó la «Hora del Santuario», pero ahora de forma divertida y con la participación activa de todos los peregrinos. 20 años del Santuario, 20 preguntas sencillas e inesperadas sobre el tiempo de la Fundación de Schoenstatt y sobre los aspectos físicos y espirituales del Santuario. Cada peregrino tenía dos tarjetas en forma de Santuario y debía responder «sí» levantando la tarjeta verde o «no» con la tarjeta roja. A pesar de la indecisión, la confusión y los cambios de color, se notaba que los italianos son expertos en el Santuario. Jugando, aprendieron a conocer, apreciar y amar el Santuario.

El árbol

La última etapa de la peregrinación nacional comenzó con una meditación del rosario, utilizando ejemplos del P. José Kentenich en su relación con el Santuario. Cantando, todos peregrinaron al lugar que Enza llamó «el jardín de nuestro Padre y Fundador Kentenich», ubicado detrás de la estatua del P. Kentenich. En ese pequeño pedazo de tierra se había plantado un árbol, el símbolo elegido por el Movimiento italiano para el año 2025 para expresar el compromiso con la misión, el crecimiento en número y en profundidad de los aliados de María. Un árbol que adquirió un significado aún mayor por la unidad y la responsabilidad expresadas en el momento de la plantación, donde se mezcló tierra de toda Italia.

Citando partes del texto que se leyó, Margherita escribió: «Me gustó especialmente el signo del final del día: el árbol plantado, abonado con la tierra de cada región y los significados de este gesto: dar gracias por las raíces (lo que hemos heredado), crecer (en la Alianza de Amor, en el vínculo con el Padre y el Santuario), las flores (llevar al mundo el perfume de la santidad)».

Con este gesto grabado en la memoria y en el corazón, algunos peregrinos se marcharon con sentimientos de alegría y nostalgia. Francesca Signorini escribe: «El tiempo pasado en Belmonte es muy corto y siempre rápido, pero a pesar de ello, siempre es hermoso por el ambiente de hogar, el reencuentro con las personas queridas, las hermosas actividades y, por supuesto, el Santuario.»

Una corona, signo de esperanza

Lo más destacado del domingo fue la Misa en la Basílica de San Pedro, el corazón de la Iglesia, sobre todo porque se pudo ver la imagen de la MTA junto al altar y la corona destinada a la Reina Matri Ecclesiae delante de ella. Esta corona será bendecida por el Santo Padre, peregrinará por Italia hasta el Santuario Original y será entregada a la Reina el próximo año, en junio, en una gran celebración internacional. Al final de la misa, la corona fue entregada a un matrimonio de la Federación de Familias. A continuación, en medio de una gran emoción, la imagen Auxiliar se abrió paso entre los peregrinos y turistas que no dejaban de fotografiarla y filmarla.

El destino final, tras la misa, fue el nicho de la MTA en los jardines vaticanos. Un grupo de 130 personas se puso en marcha bajo un sol abrasador. Con alegría en el corazón, fuerza en la voz, ánimo para caminar y esperanza para llegar, se detuvieron primero en la gruta de Lourdes y finalmente llegaron al nicho, que es el signo de Schoenstatt en el Vaticano, en el corazón de la Iglesia. No fue el final de la etapa, sino un pasaje importante para continuar el camino de esperanza, ahora hacia la coronación, llevando «Schoenstatt al corazón de la Iglesia y llevando a la Iglesia al corazón de Schoenstatt».

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Traducción: Hna. M. Lourdes Macías

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