Normalmente, cada 2 años se pinta el Santuario Original. La humedad y la gran cantidad de velas que se utilizan hace que sea muy necesario.
Debido a los distintos trabajos que se realizaron a comienzos de año se decidió postergar esta acción hasta este verano.
¡¡Y ya era necesario!! Los que venimos al Santuario cada día, de alguna manera, ya estábamos acostumbrados, pero las huellas de las velas se hacían cada vez más notorias. Sobre todo, a la hora de sacar las distintas figuras. Hasta ahora este trabajo siempre lo había realizado una empresa, pero este año tuvo una característica especial. Fueron miembros del Instituto de Familias de Schoenstatt de la República Checa los que se ofrecieron para venir a trabajar en el Santuario.
Un trabajo hecho con amor y por muchas manos
Hace ya algunos meses comenzamos con las conversaciones y determinamos que el último fin de semana de agosto era el más adecuado para realizar esta acción.
El Instituto de Familias ofreció la Casa de Familias acá en Schoenstatt para que pudieran alojar y distintos voluntarios ayudaron a que el Santuario se pudiera preparar para llevar a cabo el trabajo.
El jueves 22, día de María Reina, después de la Misa en español y de la Alianza de Amor de dos peregrinos, todos los que estaban ahí presentes ayudaron a poder desmontar el altar y sacar las figuras y los bancos del Santuario para dejar todo listo para comenzar a pintar al día siguiente. Era un bonito “desfile” de miembros de las distintas comunidades que entraban y salían del Santuario llevando en sus manos los diferentes objetos para dejarlos en la Sacristía.
Era una oportunidad única. Muchos querían tomarse una foto sosteniendo el cuadro de la Mater o alguna otra de las figuras.
Además de la pintura, se aprovechó de limpiar candelabros, ventanas, campanas y otros objetos. Todo quedó reluciente.
El sábado en la tarde todo volvió a montarse. Nuevamente se realizó el mismo “desfile”, ahora desde la sacristía al Santuario. Una familia de México y otra de España, que estaban de paso, también se entusiasmaron para ayudar en tan bonita labor.
Parejas de la República Checa nos cuentan su experiencia
A continuación, un testimonio de las familias que viajaron desde República Checa.
Veronika y Petr Zborník
(Bohunka) y Hynek Sladký
(Martina) y Marek Pur
¿De dónde son ustedes?
Somos de la República Checa, miembros de la delegación checa del Instituto de Familias de Schoenstatt. Geográficamente somos (por orden alfabético) de Jablonec nad Nisou, Liberec y Praga.
¿Qué los hizo viajar desde tan lejos para pintar el Santuario Original?
En la primavera de este año, nuestra Familia Asistente General (ahora nuestros Superiores Generales), Cristina y Rafa Muñoz, se pusieron en contacto con nuestra Delegación para preguntarnos si aceptaríamos la tarea de pintar el Santuario Original. Así que preguntamos a los miembros de la delegación y 4 personas respondieron a la llamada (una pareja – Veronika y Petr, y dos hombres – Hynek y Marek, cuyas esposas no pudieron asistir debido a compromisos laborales).
Ya al principio de nuestra delegación (hace casi 25 años) nos comprometimos a trabajar por el Monte Nazaret en Schoenstatt. Cada año enviábamos a una o dos familias a Schoenstatt durante una semana para ayudar en el trabajo en torno a la Casa Nazaret o la Casa de la Familia. Este compromiso se ha desvanecido con el tiempo, pero pasar tiempo trabajando en Schoenstatt sigue formando parte del ADN de nuestra delegación.
¿Qué significó para ustedes participar en esta acción?
Veronika y Petr:
Contribución al capital de gracias. Al mismo tiempo, nos dimos cuenta de lo exigente que es cuidar del Santuario Original, de lo que todo ello representa, y también tuvimos la oportunidad de mirar entre bastidores del santuario (lo que allí se esconde, tanto material como espiritualmente). El Santuario es para nosotros un hogar que debe ser cuidado por ambas partes. Nuestra Madre cuida de nosotros y nosotros podemos ayudar a cuidar de su Santuario. Con nuestro pequeño aporte, podemos ayudarla a cambiar el Mundo desde el Santuario Original.
Hynek:
Siento una gran alegría por haber podido participar en el cuidado del Santuario Original. Siento que es necesario ayudar en el cuidado del Santuario Original. Es parte de mi corazón. Y pasar tiempo en Schoenstatt es muy agradable para mí.
Marek:
En realidad, fui el primero en apuntarme (porque supimos de la petición de Cristina y Rafa primero. Lo hablamos con mi mujer y era seguro que tendría que ir solo, porque a ella le sería imposible tomarse vacaciones. Al mismo tiempo, sentí que, si queríamos que los miembros de la delegación hicieran algo así, yo tenía que dar ejemplo, no quedarme en un segundo plano. Poco a poco, también me di cuenta de que era una oportunidad única de tocar nuestras raíces, de establecer una conexión aún más profunda con nuestro lugar de fundación.
Fue una experiencia muy bonita y profunda trabajar para nuestra Madre, ver el Santuario Original sin inventario, leer los nombres escritos en la parte de atrás del altar, tocar la historia de nuestro movimiento, … conocer a la gente – el Padre Ignacio (rector del Santuario Original), Bernadette y Norbert Weweler (sacristanes del Santuario Original) y muchos otros y trabajar con ellos. Fueron grandes momentos para mí. Nunca he estado tanto tiempo en el Santuario Original.
Gratitud
Quisiera aprovechar de agradecer a estos hermanos de República Checa y a todos los que ayudaron en esta acción.
No sólo se pintó el Santuario. Fue una gran invitación a renovarse en el valor que éste tiene. El ejemplo de estas familias, que tan sencillamente regalaron su tiempo, nos invita a volver a decir con mayor convicción: “Nada sin ti, nada sin nosotros”.