El P. Antonio Bracht invita a hacer una revisión de la vida espiritual, especialmente este tiempo de un nuevo año y nos brinda algunas recomendaciones para hacerlo de forma apropiada.
¿Cómo hacer una caminata espiritual?
Todo viaje tiene sus pausas. Todo proceso requiere evaluación. Nuestra vida, que es sobre todo un caminar espiritual, es decir, un proceso, necesita también estas pausas y evaluaciones. Y ¿de qué manera podemos examinar nuestro camino espiritual? Primero, es necesario tener presente nuestra meta, el gran objetivo del camino que vamos a recorrer, aquel que en nuestra pedagogía conocemos como ideal personal. Este es el factor más importante de nuestra revisión, ya que indicará el rumbo, motivará los pasos a seguir y junto con las circunstancais del camino, también marcará el rimo de nuestro andar. Para una buena revisión, es necesario tomar en cuenta el contexto exterior en que lo realizaremos. Debe ser uno marcado por lo espiritual y lo sagrado, que ayudará mucho para silenciar el corazón, concentrarse y analizar nuestro interior. Por su parte, el interior es el objeto del examen espiritual. Lo que ocurre en una revisión supone una condición importante: debe ser una conversación con Dios. Quien no está dispuesto a escuchar la Palabra y responder al llamado de Dios en su vida, asumiendo los desafíos que Él permite, no llegará a hacer una verdadera revisión espiritual. Es a través de la luz del Espíritu que se llega a lo más profundo del alma para descubrir aquello que resulta decisivo. Quien se dispone a hacer un examen espiritual de vida, necesita de un buen método para sacar el mayor provecho posible. El ascetismo ofrece varias formas tan extensas que, en el marco de este artículo resultaría imposible presentarlas y mucho menos, evaluarlas todas.
Algunas pautas sencillas
Comencemos por una pauta de carácter más funcional, el método DAFO (debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades). La vida puesta dentro de un recuadro de fortalezas, cuya aplicación está más orientada al desarrollo organizacional empresarial, pero también puede ser utilizado para fines espirituales. Existe una forma muy sencilla de organizar un examen espiritual: haciendo un cuestionario de preguntas sobre la vida en sus aspectos principales, para dar una mirada a las experiencias, las reacciones y las acciones tomadas en todas ellas. Algunos autores que han seguido la inspiración de los grandes santos recomiendan una “rumia espiritual”. La rumia es la forma de digestión de algunos animales, de tal forma que ingieren los alimentos y los vuelven a masticar una y otra vez para asimilarlos mejor. Rumiar los acontecimientos y las experiencias de la vida nos ayuda a entender mejor los mensajes que estos implican para nuestra vida. Así, los animales suelen rumiar recostados tranquilamente a la sombra, sin apresurarse por terminarOtra recomendación es el método del Padre José Kentenich, fundador del Movimiento de Schoenstatt
