Cruces en la vida del P. Kentenich
En su homilía, el P. Aguirre comenzó haciendo alusión a la celebración del día anterior, en que se conmemoraba la Exaltación de la Cruz, y a la de ese día 15 – María junto a la Cruz; Nuestra Señora de los Dolores - y conectó ambas con las cruces que llevó el P. Kentenich en su vida, comentando que “la cruz, de alguna manera, siempre está presente en la vida de todo cristiano, con mayor o menor intensidad; ello es también condición para nuestra redención. Y si hoy en día tenemos presente la vida de nuestro Padre Fundador, el Padre Kentenich, y el día de su pascua, de su llegada al cielo, siendo llamado justamente en el día de la Virgen de los Dolores, sabemos que en su vida también estuvo siempre presente el misterio de la Cruz. Para vivir y ofrecerse con radicalidad en la realización de los planes de Dios, tuvo que asumir todas las cruces de las que Dios le hizo participar”.Campo de concentración y el Santo Oficio

Acusaciones que generan confusión y dolor
Con ocasión de una Visitación canónica a Schoenstatt por parte del Obispado de Tréveris (1949) y más tarde en la Visitación apostólica por parte del Santo Oficio (1951-53), un grupo de algunas hermanas de la Comunidad de las Hermanas de María de Schoenstatt (que en esos años ya eran unas 1.800) se quejaron ante el Visitador, aduciendo que en la comunidad de las Hermanas se había generado un culto al P. Kentenich, que de su parte había abuso de autoridad, que era manipulador y que impedía la libertad de conciencia de las hermanas. En el año 2020, al abrirse los archivos del Santo Oficio del tiempo del papa Pío XII, estas acusaciones, que ya habían llegado al Santo Oficio durante la Visitación apostólica, y que más tarde también habían sido evaluadas durante el proceso diocesano de beatificación del P. Kentenich (y que estaban bajo el secreto de la causa) se hicieron públicas. Sobre el tema expresa Aguirre que“esa cruz se hace presente en nuestra familia de Schoenstatt hoy. Hace dos años una historiadora que realizaba estudios en los mencionados archivos desclasificados del Santo Oficio, publicó denuncias y revivió algunas de las acusaciones del tiempo de las Visitaciones contra el P. Kentenich. Pero ella va más allá; retomando esas acusaciones, publicó un libro donde llega incluso a acusar al P. Kentenich de abusos sexuales. Nosotros sabemos, y podemos demostrar, que esas acusaciones son exageradas, están sacadas de contexto, que son sesgadas y falsas. Pero, así y todo, han hecho daño, han causado mucho dolor en nuestra Familia de Schoenstatt, confusión, indignación, pero también han creado inseguridad y ha afectado la causa de canonización del P. Kentenich”.
El Santo Oficio nunca lo acusó por un delito moral

Se suspende el proceso de canonización
Sobre el estado de la causa de canonización del P. Kentenich, Aguirre explica que “en mayo de este año, Mons. Stephan Ackermann, el obispo de Tréveris, la diócesis donde se lleva el proceso de canonización del P. Kentenich, - porque es la diócesis a la que pertenece Schoenstatt -, decidió suspender su causa. El obispo Ackermann es el responsable de atender los casos de abuso sexual en Alemania, ante la Conferencia Episcopal Alemana. A él le toca enfrentar esos casos frente a la prensa y preocuparse de los procesos pertinentes. Por eso, a raíz de esas acusaciones que se habían publicado recientemente, hubo presión para que tomase distancia del proceso del P. Kentenich. Y entonces decide suspender la causa, lo que significa que ya no va a tomar iniciativas para impulsarla, ni invertir esfuerzos en ella por el momento”.El proceso sigue abierto
Y continúa:“Pero, precisa el obispo Ackermann, que esto no quiere decir que se cierra la causa, sino que por ahora esta queda en un estado de suspenso, de “stand by”, de reposo, hasta que se investiguen a fondo las acusaciones que se han publicado y se aclare todo satisfactoriamente. Cuando esto ocurra, probablemente se podrá reanudar la causa, y eso va a significar que esta pueda llegar a Roma. Mons. Ackermann motiva a que se investigue a fondo y que se busquen las respuestas necesarias.”Cabe aclarar que esta es la misma actitud que tiene el Movimiento de Schoenstatt, y que sostiene desde el principio de las mencionadas publicaciones su Presidencia General.
Frutos y consecuencias positivas

“una de las primeras reacciones en la Familia de Schoenstatt en muchos países, ha sido la formación de grupos de oración, que venían desarrollándose de antes, pero que cobraron mucha más fuerza a raíz de estas publicaciones. Grupos que todos los días rezan por la causa del P. Kentenich, ofrecen oraciones, sacrificios y registran las oraciones escuchadas, etc.”
Por qué Kentenich no fue diplomático…
Sobre los pasos que ha dado el Movimiento de Schoenstatt, expresa Aguirre que“todo esto nos ha exigido investigar a fondo. Se han creado distintos equipos de investigación y elaboración y estamos difundiendo los documentos a los que recién desde 2020 se tiene acceso público. Todo esto nos ayuda a conocer más a fondo la persona del P. Kentenich y entender mejor, por qué se jugó tan decididamente, poniendo en riesgo toda su obra, por los contenidos y valores que él consideraba que estaban siendo cuestionados en su fundación; percibir mejor por qué Dios permitió esa confrontación con el Santo Oficio; por qué el Padre no fue más diplomático y dejó pasar las acusaciones, para evitar más conflictos. ¿Por qué siempre respondió, si bien con respeto, pero sin ‘pelos en la lengua’? ¿Por qué el Padre arriesgó la Obra?, - la Iglesia podría haberla prohibido”.
Desafíos ante un carisma
Ante los desafíos de Schoenstatt frente al carisma de Kentenich, opina el P. Aguirre que “esto nos lleva a lo más importante. Por una parte, conocer bien la historia, y que sea elaborada, pero por sobre todo, profundizar en el carisma del P. Kentenich; percibir mejor cuál es la gracia que el P. Kentenich recibió y que constituye la misión con la que tiene que aportar a la renovación de la Iglesia. Un carisma es eso: una gracia, un don de Dios, que conlleva una misión. Y para que un carisma se haga fecundo en la Iglesia, necesita de discípulos que se identifiquen con él, que adhieran a ese carisma, que se hagan responsables de que este se haga fecundo en la Iglesia. Un carisma se transmite vitalmente a través del vínculo a esa figura profética, a ese fundador que Dios ha escogido”. Y concluye:“Queremos profundizar en el carisma del P. Kentenich, porque ese es el carisma de Schoenstatt. Entonces, ¿Por qué cosas nos tenemos que jugar? ¿Qué nos tienen que caracterizar para que la Iglesia acoja y valore este carisma y para que se haga fecundo para la renovación de la Iglesia del tercer milenio?Evidentemente nos interesa que se reanude el proceso del Padre, pero eso no es lo más importante o el objetivo primario de nuestros esfuerzos. Pienso que Dios quiere que sobre todo nos renovemos en nuestra identidad, en nuestra misión, como discípulos del P. Kentenich, y que, redescubriendo su figura profética y siguiendo su testimonio de santidad, lleguemos a ser fecundos para la Iglesia”.
“Tengo plena confianza en que se van a aclarar las cosas”.Sobre el posible desenlace de las controversias en cuestión, comparte el postulador que “eso va a conllevar que la causa se va a reactivar en Tréveris en algún momento. No tengo dudas de que las cosas se van a aclarar con toda transparencia y verdad, y que el P. Kentenich se verá liberado de esas acusaciones. Pero lo importante es que sintonicemos con los planes de Dios, con lo que Él quiere lograr con lo que estamos viviendo: que nos identifiquemos más fiel y decididamente, con audacia y entrega, a nuestra misión carismática. Otro de los frutos importantes que ha habido, es que las comunidades de Schoenstatt hemos trabajado mucho más coordinadamente; ha habido una gran solidaridad entre los distintos grupos de investigación que se han ido formando. También se ha formado un grupo de investigadores externos a Schoenstatt para abordar y dilucidar la verdad o falsedad de las denuncias planteadas. Y eso es muy bueno, pues no tenemos ningún miedo de que se vaya a encontrar algo que vaya a perjudicar la idoneidad moral del P. Kentenich. Tengo plena confianza en que se van a aclarar las cosas. Lo que nos interesa es que se conozca la verdad con toda transparencia.”
Un Padre Kentenich más humano

“Todo esto nos ha ayudado a acercarnos al Padre y fundador de una forma más objetiva y humana: tener claro que no era infalible, que se equivocaba, que no era perfecto y que no fue santo desde siempre, desde ‘la cuna’. Esa sería una imagen muy poco realista. Él fue una persona que hizo – como toda persona - un proceso de vida, en el que experimentó muchas cruces, pruebas, y muchos momentos difíciles. En ese proceso y con esas pruebas, se fue santificando, y llegó a ser santo al culminar de su vida”.