"Mostrad a todos que seguir a Cristo y poner en práctica su Evangelio llena vuestro corazón de alegría. Contagia esta alegría a los que te rodean, y entonces muchos te preguntarán por qué y querrán compartir contigo tu espléndida y entusiasta aventura evangélica"[1]. Este consejo del Papa Francisco, dirigido a todas las personas consagradas, fue vivido con entusiasmo por nueve jóvenes de tres continentes en una celebración internacional celebrada en Schoenstatt, Alemania, este fin de semana. El 27 de enero dieron su "sí" a Dios, marcando el inicio de su noviciado en el Instituto Secular de las Hermanas de María de Schoenstatt. Las nuevas Hermanas provienen de seis países: Andrea González de México, Catalina Duggan y María Elina San Román de Argentina, Estrella Almada y María Belén Gómez de Paraguay, Verónica Rina de España, Małgorzata Andrzejkowicz de Polonia, Christy John y Margreate Anthony de la India.

El corazón exulta de alegría

Como es costumbre en la comunidad, al comienzo de la celebración las jóvenes se ponen en fila con sus vestidos y velos blancos. Con alegría y mucha expectación, entran en la gran iglesia de la Adoración, donde las esperan muchos familiares y amigos. Catalina Duggan nos habla de su vocación: "En cuanto me dejé caer en brazos de Dios, sentí una paz interior y una tranquilidad que nunca antes había sentido. Hoy, después de muchas dificultades y mucho tiempo de espera, puedo decir que he recibido mucho más de lo que he dado, y no podría estar más agradecida".

María, aseméjanos a tu imagen

La Eucaristía fue presidida por el director general de las Hermanas de María, P. Dr. Bernd Biberger. Durante la solemnidad, las jóvenes recibieron sus vestiduras comunitarias. El P. Biberger explicó en su homilía: "Hoy las novicias recibirán el vestido de Hermana. Este expresa su vocación, de hacer presente a través de su persona a María en este mundo. Cada Hermana tiene la tarea de señalar a María. En el encuentro con ellas, las personas deben poder experimentar algo de María. Esto solamente es posible si cada Hermana se esfuerza por asemejarse a María, o bien, como lo expresa el lema del día de hoy, asemejarse a su imagen". El gran deseo de las jóvenes, a partir de ahora, es ser una imagen viva de la MTA para el mundo. El P. Biberger compara este deseo con las representaciones de la Madre de Dios realizadas por el arte a lo largo de los siglos. Dice: "Pidiendo hoy las jóvenes el vestido de la Hermana de María de Schoenstatt, expresan su anhelo de que también en ellas se experimente algo de María. Así piden la gracia de asemejarse a la imagen de María, no como una copia barata sino de una manera totalmente original, individual. Cada una de ellas ha de hacer visible algo de María según su modalidad propia, original, marcada por su personalidad".

Donde hay consagrados, hay alegría

Durante la celebración, las novicias salen de la iglesia unos instantes para ponerse sus nuevas vestiduras. Mientras tanto, amigos y familiares permanecen en profunda oración, pidiendo por su vocación. El momento de acoger a las jóvenes provoca emoción y lágrimas en muchos. Son presentadas con sus nuevos nombres para la vida consagrada: Hna. M. Rafaela, México; Hna. María Elina, Argentina; Hna. Christy María, India; Hna. Estrella María, Paraguay; Hna. M. Małgorzata, Polonia; Hna. M. Consuelo, Argentina; Hna. M. Margreate, India; Hna. María Belén, Paraguay; Hna. M. Verónica, España. La ahora llamada Hna. María Elina, la joven argentina dice: "Cuando queremos vivir una vida con Dios, nuestra vida se convierte en una conversación continua con Él... nuestra vida se convierte en oración. Él pregunta, yo respondo, Él propone, yo dispongo, yo pido, Él me responde, yo me alegro y Él también... Él habla a través de mis vínculos, deseos, los problemas que surgen, los talentos que me ha dado y también mis dificultades... Así caminamos juntos y así sé qué y cómo responder a lo que pasa en mi vida." La ceremonia de vestición fue retransmitida en directo y seguida por personas de varios países. Javier Fuentes escribe: "Muchas Felicidades a todas nuestras Hermanas, les enviamos un cariñoso abrazo desde León, México". Ania Bartczak escribe en polaco: "Gracias por vuestro bello testimonio y hermosa celebración. Bendiciones a todas las Hermanas".

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"Donde hay consagrados, hay alegría", dice el Papa Francisco. Y es con alegría que las nuevas novicias emprenden este camino de entrega, amor y compromiso, que no ha hecho más que empezar, hacia un futuro de entrega y amor. [1] FRANCISCO, Papa. Mensaje del Santo Padre Francisco para la Apertura del Año de la Vida Consagrada. Vaticano, 30 de noviembre de 2014.