"Szeretet áradjon köztünk... Que el amor fluya entre nosotros, que el amor arda en nuestro interior, que el amor nos llene, te lo rogamos, Señor. Permite que nuestros corazones se unan en amor fraterno, todos somos un solo corazón en ti. Enciende nuestros corazones en tu amor". Estas son las palabras de un himno húngaro que se canta a menudo en el país. También lo canta con alegría la Familia de Schoenstatt. Recoge un rasgo característico de los húngaros: son gente de corazón. Al mismo tiempo, son también orgullosos conquistadores que, según la leyenda, llegaron a caballo desde los Urales hace muchos años y conquistaron la cuenca de los Cárpatos, su actual patria. En la conferencia anual de la Familia de Schoenstatt de Hungría, que tuvo lugar en octubre, a orillas del lago Balaton, unos 60 representantes de los distintos grupos del Movimiento trabajaron en la búsqueda del nombre y la misión del Santuario Nacional de Schoenstatt de Óbudavár. Desde hace casi 40 años, las familias se reúnen allí para celebrar conferencias, donde poco a poco ha ido creciendo un floreciente centro de Schoenstatt. El primer santuario de Schoens-tatt en suelo húngaro se encuentra allí desde hace 18 años. Es una fuente de gracias, paz y alegría, un Tabor para innumerables familias, jóvenes y niños.

Muchas preguntas y mucha reflexión

¿Qué experiencias hemos vivido ya en Óbudavár? ¿Qué significa para nosotros el santuario de Óbudavár? ¿Cuáles son nuestras raíces, nuestra motivación, qué frutos hemos cosechado ya? ¿Cómo surgió la construcción del santuario y del centro? ¿Cómo experimentamos aquí el carisma del Padre Kentenich, especialmente en el crecimiento y liderazgo de nuestra comunidad? ¿Cómo surgió el Camino Matrimonial, que en poco tiempo se extendió mucho más allá de las fronteras de Hungría? ¿Cuál es el objetivo de la segunda versión de la Vía Matrimonial: La Vía Matrimonial a la Luz de la Eucaristía? ¿Cómo nacieron las comunidades juveniles húngaras?

Y las preguntas continúan

¿Cuál es el perfil cultural, cuál es el carácter de los húngaros? ¿Cómo surgió nuestro santua-rio, fruto de más de 100 santuarios hogar? ¿Qué significa para nosotros el sacrificio de la vida de Csaba Ozsvári y de muchos otros de nuestros seres queridos? ¿Qué significan para nosotros los símbolos de nuestro santuario: la gran vasija del santuario, la Cruz Húngara de la Unidad, la estatua de la familia real húngara Stefan, Gisela y Emmerich, que pertenecen a la hora fundacional del Imperio Húngaro? ¿Qué significan para nosotros la corona húngara de la Reina de la Vida, el jardín mariano que rodea el santuario? Todo signos de vida y de-voción... Se hicieron breves presentaciones de 15 minutos sobre todas estas cuestiones, ilustrando vívidamente la rica vida de la Familia de Schoenstatt húngara.

Las conclusiones llevaron a encontrar la misión del santuario

En un paso siguiente, los valores que se han vuelto importantes en este proceso de vida en el Movimiento y en los corazones individuales fueron recogidos y agrupados en grandes y pe-queños grupos. Los valores y símbolos formulados incluyen la sagrada familia real, la entre-ga y la aceptación de uno mismo, la generosidad, la casa de María, "vivir la vida", la comu-nidad de corazones, el acercamiento mutuo, la unidad, la red de santuarios hogar vivos, el jardín mariano, la ventana al cielo, Sursum corda.... Durante la semana de octubre, se pudo sentir la presencia del Espíritu Santo y la fuerza de la unidad. Como un milagro, todos los presentes experimentaron cómo el nombre y la misión del Santuario Nacional de Óbudavar nacieron en el "fervor revolucionario" el 23 de octubre (día festivo en Hungría en memoria de la Revolución húngara de 1956):
El Santuario de los "Corazones inscritos, los unos en los otros".
El nombre, la misión es válida y comprensible a muchos niveles. Expresa la relación de los matrimonios y la calidad de la relación en general, la alianza de amor, el don total y la acep-tación de sí mismo, la dimensión eucarística y trinitaria del sacramento del matrimonio, la relación con María en la alianza de amor, la conexión de los santuarios hogar entre sí, la unidad de toda la Familia de Schoenstatt húngara y de la Iglesia. Por último, se trata de la maduración del amor y de la alianza de amor hasta lo más profundo, la inscripción de los corazones el uno en el otro, la "Inscriptio cordis in cor". Se trata de una profunda comunión de corazón y destino, que hemos recibido y podemos esperar como una gracia en el santuario de Óbudavár. "Szeretet árodjon köztünk... Que el amor fluya entre nosotros ..."
"Quisiéramos ofrecernos y entregarnos a los maestros artesanos, el Salvador y la Virgen, no solo con la voluntad, el intelecto y la memoria, sino sobre todo con el corazón. No nos contentamos con una comunidad de voluntades. La meta es más alta. Aspiramos a una profunda comunión de corazones, a una perfecta fusión de corazones, a la inscriptio perfecta cordis in cor" P. José Kentenich, Tercera Acta de Fundación, 08 de diciembre de 1944.