Un reto a la altura de los tiempos
Uno de los temas más desafiantes que tenemos como ramas femeninas dentro del Movimiento de Schoenstatt, es entender los procesos históricos desde sus raíces. Esto es, comprender la época no como el resultado de ideologías superpuestas que determinan hechos puntuales, sino como fuerzas subyacentes que van madurando con los años para poder captar el querer de Dios y actuar en consecuencia. Y hoy las mujeres y los feminismos son indudablemente una fuerza subyacente que está haciendo tambalear todo lo que considerábamos seguro y fijo: la relación varón-mujer como un hecho basado en la biología, en la psiquis, en la sociedad, hoy ya no se siente ni tan fija, ni tan segura. Las diversas teorías de género socavaron esa confianza, las mujeres tomaron autonomía del proyecto de familia y maternidad, y los valores defendidos dentro de nuestro Movimiento, al igual que los de la Iglesia, son fuertemente cuestionados no solo por la gente que no es miembro de la Iglesia, sino por las mismas mujeres que estamos dentro de ella.
Formación de las ramas femeninas
Esto exige especial atención en la formación de las ramas femeninas, porque el discurso sobre la mujer cambió radicalmente. El lenguaje posibilitó ese cambio, y las fuerzas sociales y culturales irrumpieron a través de las redes sociales, muchas veces con una violencia inusitada. Con este telón de fondo, la formación de las ramas femeninas no puede seguir siendo la misma que el de hace 5 años (no 10 ni 15). Debe incorporar aquellos elementos nuevos que trajeron los feminismos, entender el cuestionamiento profundo que hicieron, a pesar de no compartir algunos de sus supuestos antropológicos, para desde allí comenzar a formar esta mujer nueva que tiene en sus manos el futuro de la humanidad. Tener miedo a los feminismos por reducirlos a sus expresiones más radicalizadas implica una mirada cuanto menos sesgada por la ignorancia. Ya San Agustín decía “utamur haereticis” (usemos los razonamientos de los herejes), no para burlarse, sino para entender esos razonamientos, y poder estar a la altura de la época y responder a ella. Si seguimos educando a nuestras mujeres jóvenes en la mirada de hace 5, 10 o 15 años, nos estaremos perdiendo de la inmensa riqueza que aportaron y están aportando los feminismos tanto en el plano económico, como social y político.Cambio de la mirada de la mujer
