Si después del nacimiento de Jesús hubo muchos niños que sufrieron el martirio a causa de su misión, hoy hay muchos más niños que son tocados por el amor de Cristo y se comprometen para que haya vida en todas partes.

Uno de estos niños es Lucas Romanha Sturmer, de 11 años, que vive en Santa María, al sur de Brasil, hijo de Giovane y Fabiana Sturmer, un matrimonio de la Liga de Familias de Schoenstatt.

Todo comenzó cuando en la clase de religión de su colegio, con todos los alumnos de su clase, se le encomendó la tarea de desarrollar un proyecto de ayuda a personas necesitadas. El proyecto no tenía por qué llevarse a cabo. Donde algunos niños se detenían, Lucas iba más allá. Habló con papá y mamá, sobre cómo su proyecto podría ayudar a las personas a recibir realmente ayuda. Las familias en las que pensaba Lucas tenían rostros e historias reales. Ellos son los que son atendidos por el Centro de Referencia Familiar Recanto do Sol -Cefasol-, creado y dirigido por las Hermanas de María de Schoenstatt. Como dice el Padre Kentenich, cuando las ideas ganan rostros, el corazón se expande y las ideas se convierten en acciones concretas.

Entonces surgió la idea de grabar un vídeo en el que se pedían donaciones de alimentos para entregar a las familias del Recanto, nombre del centro de atención de Cefasol. «Alegra la vida de un niño en esta Navidad», dice Lucas en su videoclip. ¿Y si esta idea funcionara? Fabiana, la madre de Lucas, nos cuenta el resultado: «El objetivo era alcanzar cinco cestas de alimentos básicos. Pero fue tal el éxito que con las donaciones se pudieron comprar casi 700 kg de alimentos y confeccionar 35 cestas». Así que es hora de grabar otro clip y agradecer a los benefactores. Frente a una mesa llena de comida, comparte Lucas: «Hola a todos… gracias. Tengo la sensación de que muchas familias estarán encantadas de recibir estos obsequios».

Grande fue la sorpresa de la Hna. M. Mathilde Mang, que dirige el Cefasol, al recibir la petición de este niño, que no era para recibir algo, sino para hacer un gran regalo. Lucas incluso quiso participar de la presentación. Ayudó a la Hna. M. Mathilde a entregar cada una de las cestas e incluso pidió una foto con cada una de las familias. «Fue una alegría para él ver a todas las familias recibiendo la comida. No tenía ni idea de lo gratificante que era ayudar a los más necesitados», añade su madre.

De este modo, Lucas es uno de los muchos niños que dan lo mejor de sí para que Cristo viva, para que su mensaje transforme la sociedad actual, todo Brasil, en Tabor.

El Video está en Portugués.

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