A 75 años de la Constitución de las Señoras de Schoenstatt
En realidad debería haber sido el 8 de diciembre de 1945. A causa de un viaje al extranjero del Padre José Kentenich, fue el 2 de febrero de 1946 que se constituyó la comunidad de las "Señoras de Schoenstatt", o Frauen von Schoenstatt, por su nombre original en alemán. Exactamente el mismo día, un año después, esta forma de vida de los institutos seculares fue aprobada pontificalmente por la Iglesia, a través del Papa Pío XII, por la Constitución Apostólica “Provida Mater Ecclesia”. Fue así que también las Hermanas de María de Schoenstatt, fundadas en 1926, y los Hermanos de María de Schoenstatt, fundados en Dachau en 1942, tuvieron un lugar canónicamente establecido dentro de la vida consagrada.
Dr. Gertrud Pollak
20 de febrero de 2021

«Religiosas» en el mundo
Las Señoras de Schoenstatt habían surgido a partir del gran movimiento femenino que había crecido en Schoenstatt desde 1920, a partir de diversas realidades. Al principio, las mujeres casadas, las viudas y las que habían decidido llevar una vida virgen seguían juntas en lo que entonces era la Federación o la Liga.
Al respecto de las Señoras de Schoenstatt, en los años treinta quedó claro que el lema con el que se iba a constituir esta comunidad era «una orden en el mundo». Esto describía los dos énfasis que caracterizaban al nuevo instituto: por un lado, el compromiso de una comunidad comprometida con los consejos evangélicos: pobreza, obediencia, castidad, y al mismo tiempo, la permanencia en el propio lugar de residencia y profesión.
Seguir los cambios en la sociedad y la iglesia
Este objetivo ya había motivado a las mujeres cristianas años antes en los tiempos de la resistencia contra el nacionalsocialismo y también después de la Primera Guerra Mundial a consagrarse a Dios en su profesión y a hacerlo presente en el mundo en la vida cotidiana. El Padre Kentenich expresó a menudo a las Señoras de Schoenstatt que la conciencia original de misión debía hacerse vida.
Esta forma de vida fue siempre necesaria para llevar a cabo las transformaciones en la sociedad y en la Iglesia. «Esta ha sido siempre nuestra tarea: sentir el dedo de Dios en los acontecimientos de nuestro tiempo, no huir de ellos», afirmaba el P. José Kentenich, fundador del Instituto. Está muy claro que un objetivo de este tipo entre mujeres con profesiones muy diferentes, sería urgentemente necesario para la Iglesia de hoy. Pero se trata también de un reto difícil, y no de una vida relajada de soltero, como algunos piensan. Esto es bien evidente para nosotras.
El Papa Pablo VI lo expresó con palabras muy claras: el objetivo es que los «institutos seculares se convirtieran, por así decirlo, en laboratorios experimentales en los que la Iglesia sometiera a prueba las posibilidades concretas de sus relaciones con el mundo». (Papa Pablo VI, 1976).



Vivir una actitud de ir más allá
Tras el amplio abanico inicial de actividades, en el transcurso de las últimas décadas fueron sobre todo mujeres con profesiones educativas, médicas y sociales las que se incorporaron a la familia. Normalmente viven en el barrio sin que un círculo de colegas o personas del mismo barrio sepan de su pertenencia a la comunidad. Las grandes y pequeñas actividades de los miembros de nuestro instituto se llevan a cabo sin que se note mucho, de forma anónima, por así decirlo.
Pienso por ejemplo en una enfermera que tiene que decidir a cada minuto en la recepción de un hospital quién puede ser hospitalizado y quién no. Dice que no podría soportar las tensiones sin conectarse con Dios. Pienso en dos doctoras que ahora, en tiempos de Covid, han hecho posible que los pacientes internos estén en contacto con otras personas gracias a técnicas digitales.
También aquí una clara motivación en el espíritu cristiano. Pienso en una docente que traduce profesionalmente la pedagogía del P. Kentenich a un vocabulario actual, porque de lo contrario se perderían ideas importantes. Pero, por supuesto, también pienso, y con gran aprecio, en tantas Señoras de Schoenstatt, muchas de las cuales son de avanzada edad. Han vivido esa vida misionera de muchas maneras, y ahora se unen a las intenciones del mundo en la oración y en la entrega de sus vidas. Se sienten solidarias con las que siguen activas, y rezan mucho por ellas y por todo lo que ellas vivencian.
Todas en la comunidad deseamos vocaciones, mujeres jóvenes que se dediquen a esta misión, para vivir en medio del mundo lo que nuestro Papa llama acertadamente la «actitud de ir más allá», precisamente lo que el Padre Kentenich quería con esta fundación.
El centro de la comunidad, que se extiende por más de 20 países, es Haus Regina, en Schoenstatt, Vallendar. Aquí los miembros de la comunidad nos reunimos para celebrar conferencias y retiros, lo que lamentablemente es imposible en la actualidad debido a la pandemia.
La capilla de esta casa madre fue rediseñada en 2013 y es un vivo testimonio de la misión de la comunidad. En la Cruz de la Unidad, pequeña pero central en el centro del ábside, se representa a María en su unión con Cristo. Esta unión muestra cómo los miembros de este instituto secular quieren estar con la gente y sus situaciones de vida hoy en día. La base de la cruz está formada por los anillos eternos de las mujeres difuntas de Schoenstatt. Estos anillos, como signo de un seguimiento vivido de Cristo en los consejos evangélicos, representan simbólicamente a todas las aproximadamente mil mujeres que han recorrido este camino durante los 75 años. En la actualidad, el instituto secular cuenta con unas 200 mujeres a nivel internacional.
El 2 de febrero de 2021, los miembros de la comunidad hemos celebrado regionalmente el día de la constitución según la cultura de cada pueblo. En julio de 2021 quisiéramos celebrar un congreso internacional y tener una gran fiesta, que probablemente sea posible un año más tarde, por razones del coronavirus. La preparación de este congreso será importante, porque si se quiere poner en práctica la forma de vida de las Señoras de Schoenstatt de manera oportuna, siempre habrá que replantearla y coordinarla.
Quienes quieran saber más sobre la comunidad pueden visitar la página en alemán: www.frauen-von-schoenstatt.de
En los siguientes países hay miembros de nuestra comunidad: Alemania, Italia, Polonia, Portugal, Suiza, España, Eslovaquia, República Checa, India, Congo, Sudáfrica, Argentina, Brasil, Chile, Ecuador, México, Paraguay, Estados Unidos.
Em la página web mencionada pueden encontrarse los datos de contacto de nuestros principales centros em el mundo.
